Mensaje, 10. abril 1986

“iQueridos hijos! Deseo invitarlos a crecer en el amor. Una flor no puede crecer normalmente sin agua. De igual manera, también ustedes, queridos hijos, no pueden crecer sin la bendición de Dios. Día a día, ustedes deben pedir esta bendición par poder crecer normalmente y para poder cumplir con Dios y con sus trabajos. Gracias por haber respondido a mi llamado!”

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